Mayo


Homenaje



¡No hay duda!

Los motores que impulsan la dignidad y el progreso del ser humano son:

1 La civilización: Costumbres, normas, emociones, son factores que determinan el desarrollo y la categoría, porque nos inducen a pensar.. educar…  instruir..

2 La ciencia: Es el gran motor, porque es análisis e investigación de todos los fenómenos, materiales y sociales, porque es conocimiento comprobado y es origen de la tecnología que nos permite aprovecharla.

¿Y de dónde venimos? Del hogar, donde los padres, primero por su ser (por si ismos y después por sus cuidados nos dan vida de oportunidades y de allí s la escuela, donde los maestros nos inducen al conocimiento y nos señalan el rumbo.. (También allí aprendemos a soñar)


Las anteriores son palabras sencillas, pero el reconocimiento y el agradecimiento de todos para los padres y para los maestros son, debe ser, tan grande como los resultados. ¡Gracias!


2015

¿Qué  significa  ser  padres hoy? : Actitudes de los padres responsables   para  favorecer el éxito  de sus hijos.
Mtro. Marco Antonio Hinojosa  Amavizca. *
Director  Adjunto  del  Instituto de  Desarrollo Humano de  León A.C.

Ser  padres  implica  asumir   responsabilidades,  entre estas,   la  atención   de  ciertos  requerimientos de  los   hijos  durante la   parte  más  significativa  de su   desarrollo; en este punto podemos identificar   aquellas necesidades que,  por  su importancia, constituyen una consigna imperiosa y trascendente, de  tal manera  podemos  distinguir  dentro  de  estas   consideraciones al amor, la seguridad, la  educación, la salud y un ambiente emocional estable. No  todos  los  padres  están conscientes  de  estos  compromisos y,  hoy en día,   un gran número   de  estos no  pueden ni  quieren,   a  veces  las  dos  cosas,  asumir   su rol con todas  las  implicaciones anexas  y conexas que  conlleva;   tampoco  atienden ni  entienden  las  necesidades  de  los  hijos en las   diferentes  etapas  de  la vida.
Para muchos,  el  ser  padre  constituye  una  condición penosa  y dolorosa  que  van arrastrando por la  vida sin darse cuenta, sin   hacer  consciencia  de  la  importancia  trascendental  que  tiene  este  rol en la  vida  del individuo, la  familia  y la  sociedad. ¿Qué  significa  ser  padre  hoy?  Constituye  una pregunta  que  todo padre  responsable  debería  formularse   continuamente  a  lo largo de  su vida.
Suele  suceder  que  los  padres confundan su papel  con el  rol de proveedor  o con  cuestiones económicas;  en el afán de “que  nada  falte   al hijo”, uno o ambos padres dedican la mayor parte de  su  tiempo al trabajo, descuidando la parte más sensible y significativa  de  su papel que  es  la atención  a los  hijos en calidad  y cantidad  de  manera responsable, directa,  atenta, perfectible y  en continua  evolución.
Por  su parte los  hijos  tampoco  están en  sintonía  con su papel así que, tal y como se  perciben las  cosas  hoy en día,  pareciera que estos solo tienen derechos pero ninguna  obligación, para  complicar  las  cosas,  actualmente tenemos  una fórmula   desastrosa: un gran número de padres  reducen su   rol al mero aspecto económico y,  los  hijos,  a  su vez,  reducen su  implicación  con los padres y con  la  vida   a  un nivel  básicamente  material  y utilitario, que  redunda  en  pedir  sin dar  nada  a  cambio;  el  síndrome  del niño emperador es  claro ejemplo de  esto,  de  ahí que  el   pedir   se  convierta  en   demandas, exigencias  y disputas  constantes.    Las necesidades   egoístas   casi siempre  redundan  en  pedir   cosas  del ámbito material, lo cual los padres cumplen gustosos creyendo que  con esto suplen necesidades  auténticas  y profundas  de  sus  hijos, sin  embargo  ambos, padres  e  hijos equivocan  la ruta   y   caen  en  un   engaño  que produce, por  un lado,  ganancias  secundarias  para ambas  partes  pero también, por  el otro,   un gran vacío, un despropósito que  genera  una  frustración constante  que  se traduce  en la  pérdida  de   visión,  valores   y objetivos tanto  del  individuo, como la  pareja  y la  familia, lo  cual  impacta    directamente  en  la  sociedad. Por  ello en  México hoy en día, no es  casual que   estemos  como estamos. 
La atención  a   los  hijos  se subraya  cuando los hijos empiezan la educación básica,  dadas las necesidades, las exigencias  y   los  compromisos correlacionados que la  educación  demanda por parte de los padres e  hijos. Los niños que inician su educación escolar necesitan hacerlo con expectativas,  gusto  y motivación.  Consecuentemente  poco  ayudará un clima de estrés y ansiedad  en el hogar.  En  este  punto  se  requieren padres   bien estructurados  que  puedan  proponer  y supervisar  horarios, tareas  y actividades  colaborativas  de  la escuela   y  la casa.
Los hijos requieren  una  guía dentro de un entorno que apoye sus  actividades  escolares  al seno del  hogar y unos padres que estén dispuestos a acompañarlos en sus tareas escolares. No es ningún secreto que el éxito de los hijos en los estudios está íntimamente  relacionado  con  el  apoyo e interés que los padres muestran y   otorgan a lo largo de la vida escolar   de   sus  hijos,   atención que  va   desde los  primeros  años  escolares  y  hasta   donde   abarcan  las    metas  académicas aceptadas  y pactadas  entre  padres  e  hijos,   lo cual puede   extenderse ya  sea  a   la preparatoria  o  bien  a  nivel  profesional.
Podemos  identificar actitudes y conductas comunes en  los padres  con  hijos exitosos en los estudios. Estas actitudes podemos  agruparlas   en cuatro esferas de acción, a  saber: 1.Dentro del hogar, 2. Hacia los hijos, 3. Hacia las  figuras  de  autoridad ( los  mayores, padres y maestros) y 4. En la escuela.
Dentro del hogar:   Todo inicia  con una visión, que  se  traduce  en un plan  que  mueve  a  la  acción a  través de una   serie   de  actitudes positivas que   los padres muestran  hacia la educación, la escuela y el respeto hacia  los maestros. Los  padres  inculcan  un  alto y  genuino sentido de  responsabilidad   lo que   motiva  a los hijos, por  ejemplo,  a  no faltar a clases,   saben que cada falta  se convertirá en un  obstáculo  que   incidirá en   el  aprendizaje.   Los  padres   genuinamente responsables  proporcionan el espacio,  la  contención  y los materiales adecuados  para   construir  habilidades y competencias  en   los  hijos, además  organizan, planean  y  supervisan   las tareas asignadas  a  los hijos  tanto en la  escuela  como en   casa. Establecen  rutinas de aseo, alimentación, esparcimiento y sueño. Además, controlan adecuadamente el tiempo libre  y  de  recreo  de  los  hijos  supervisan  los programas de televisión, los videojuegos  e  Internet y  favorecen,  además,  la  socialización  con otros compañeros de  la escuela.   En este  contexto la primera  regla  de  oro  para  los padres consiste  en hacer  conciencia  y reflexionar  sobre   su  trascendental tarea   consistente en el arte  de  construir  y   formar  personas. En suma  pues,  los padres  exitosos construyen dentro del hogar  una  exitosa comunidad  de  aprendizaje.
Hacia los hijos:  Los padres  exitosos son  asertivos  y  hacen  de  una  comunicación sana, directa  y fluida  la  base    para crear una   significativa,  sana,  dinámica  y  enriquecedora   relación  con sus   hijos.     Es  bueno  compartir  diariamente, por  lo menos  una  comida  en familia,  favoreciendo la  sobremesa  para  comentar   lo  que  acontece a  cada  miembro  de  la familia  en  el día  a  día,  tanto en  casa  como en la  escuela.  Es importante  que  los padres están enterados de quiénes son los maestros y  los compañeros  de  sus  hijos,  que  muestren  interés en las tareas  de  estos  y que   las supervisen puntualmente, esto es  diariamente. Los padres exitosos suelen ser buenos lectores y fomentan inteligentemente este hábito  en sus hijos a  quienes  les  inculcan también el  hábito por  la lectura,  estos  padres  saben  que la   lectura  significativa y  con sentido será una de las herramientas más importantes para el aprendizaje  y  el desarrollo de los  hijos. Estos padres están  pendientes del  progreso académico de  los  menores y les proporcionan  el soporte académico necesario, dirigiéndose al maestro para conocer  las  fallas  o debilidades  de los  chicos con el propósito  reforzar aquello que deben mejorar. Por otro lado, los padres  buscan activamente organizar  un  programa  de  actividades extraescolares que  permita  que  sus  hijos desarrollen  activa  y  responsablemente otras áreas  y competencias  para  la  vida  y  el trabajo,   dejando  bien  claro la segunda regla  de  oro que es:   terminar  cualquier  actividad  que  se  inicie.
Hacia  las  figuras  de  autoridad:  Mucho tiene  que  ver  la  relación  que  se  tiene  con los padres para  favorecer  una  buena  actitud hacia los maestros, los  mayores  y las  figuras  de  autoridad. Si hay   respeto y confianza  entre padres  e  hijos  es  muy probable que  la   relación con  los mayores, los maestros  y las  figuras  de  autoridad siga  ese  mismo patrón. Los  padres  responsables suelen   presentarse con los maestros desde el inicio del ciclo escolar y no dudan en solicitar la ayuda del profesor cuando los hijos tienen  problemas escolares. Es un hecho que los maestros  prestan mayor atención a los niños cuyos padres están permanentemente en contacto con ellos y se ocupan y preocupan por su progreso. Los padres también saben que el maestro es el mejor aliado en la educación de los  hijos, por eso confían en su trabajo   y  evitan desautorizar o emitir comentarios negativos   del  maestro delante de los hijos. Tercera  regla  de oro, todo  ciudadano  comprometido aprendió antes  a  ser un hijo  responsable.
En la escuela:   Lamentablemente, aduciendo infinidad  de  motivos,  muchos padres se niegan a colaborar con la escuela de sus hijos. Una  actitud  negligente  por  parte  de los  hijos  se encuentra   relacionada  con la actitud  indolente  y descuidada de  parte  de  los padres,   por  ello,  jamás  se  insistirá  suficientemente  en la  importancia  de  la  actitud  entusiasta  y participativa  por  parte  de  los padres. Por lo  anterior, es  importante para los niños que sus padres asistan a las actividades que organiza su escuela, también es importante que contribuyan a la mejora del  centro educativo con una retroalimentación constructiva  y positiva hacia directivos y maestros.  Es  importante  evitar las críticas de  banqueta, las críticas sin propuestas o los  comentarios  corrosivos y destructivos.  La colaboración de los padres con la escuela, habla del interés que estos tienen en todo lo relacionado  con la educación de sus hijos.
El éxito escolar empieza en la casa y se consolida en la escuela,   por medio  de la  estructuración del  tiempo, las actividades, la supervisión y el apoyo constante de los padres, quienes  deben  estar  atentos  y  conscientes a las consecuencias que ocasiona   el descuido  de los hijos. No se debe  buscar culpables fuera del hogar.
Ser padre no es sólo traer hijos al mundo, existen muchos compromisos que van asociados a la paternidad,  por  lo tanto,   hay que estar dispuestos a cumplir con  las  tareas  inherentes  al   rol  que  se  ha  buscado. Es  absurdo cosificar  a  los  hijos o tratarlos  como si fueran mascotas, dejando que  terceras  personas   se encarguen de ellos.  Paralelamente  depositar a los hijos en la escuela y desentenderse de  ellos  con la excusa de que no se  tiene  tiempo o  que   no se  está  lo suficientemente preparado para educarlos  o bien  ampararse en el consabido  argumento  del cansancio con el que  los padres  llegan del trabajo, no representan razonamientos maduros  de padres serios,   responsables  y sensibles  quienes pretenden formar  hijos  exitosos.  Los padres  que sólo se  ocupan  de  representar muy  a  menudo, deficientemente  hasta el   papel de proveedores, nunca podrán  suplir las carencias que su actitud  irá desarrollando  en los  hijos y más  pronto que  tarde,    lamentaran  las  consecuencias  de sus olvidos  y omisiones. La  carta  regla  de  oro para los padres  responsables es  que  dentro de un hogar  sano,  en  donde  prevalecen  los   valores   que  nos  vinculan  a  una  vida  consciente y responsable,  enseñamos  a  construir  una  sociedad  sana, justa, e  inclusiva.

*El autor  del  presente  artículo   es  Maestro en Pedagogía  y   ocupa  el puesto  de director  adjunto del  Instituto de Desarrollo Humano de  León A.C.,  desempeña  labores  docentes  y   da  orientación en  el área  educativa,  de convivencia   de  adaptación  y colaboración  dentro  del  seno  familiar. Se  agradecerá  cualquier comentario  acerca de  este  escrito al siguiente  correo  electrónico: marcohinojosamavizca@gmail.com

    

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Nuestro instituto nace en 1997 como resultado del esfuerzo de querer dar respuestas directas y contundentes a las más profundas inquietudes del ser humano en cuanto al por que de su existencia por una parte y, por otra, como una alternativa para el desarrollo y crecimiento personal, sin mirar de soslayo nuestro entorno natural y social, y el compromiso que tenemos con estos.



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